Fco. Xavier Ramírez y sus obras II

Antología Poética

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Antología Poética
Lo mejor de la trilogía poética publicada por el autor en Editorial Sagitario. Son tres trabajos publicados en 1999 y que llevan por título De mi Rincón Poético; Tierra, Vida y Alma; y Dos Mujeres, Dos Epocas, Un Sentimiento.

 

 

DEDICATORIAS

 

 

A mis hijos,

con amor derramado con creces

hacia sus propias familias.

 

A mi amada esposa Norma,

fiel compañera, e inspiradora de

mi dedicación a la historia y las letras.

 

A Ramón y Angie,

por la gracia de su amistad,

primera y única de mi vida.

 

A mis muchachos,

por su solidaridad y respaldo.

 

 

 

 

 

PORTICO

 

            La redacción de un prólogo constituye un elevado riesgo cuando no se tienen antecedentes del escritor -en este caso, poeta- ya que no se dispone del manejo ni de la observancia para emitir un criterio de la obra, como me sucede con la inspiración, creatividad y talento del bardo Fco. Xavier Ramírez, que a pesar de tener cercana familiaridad me ha impresionado con su libro “Selecciones de Mi Rincón Poético”.

            Comentando con el autor Fco. Xavier, sobre el por qué no había adelantado alguna primicia de su creatividad poética, puesto que lo facilita su profesión de periodista y su responsabilidad de confeccionar libros en su Editorial Sagitario, me contestó:

            “Como dice el dicho, en casa del herrero, azadón de palo. No le concedía trascendencia a una obra de muchos años y absoluto consumo familiar, al grado de que mi trabajo poético corrió el grave riesgo de convertirse en inédito, y porque siempre me animó el afán y el reto de rescatar los nuevos valores de la literatura guerrerense, sobre todo con el inconmensurable respaldo de mi amada esposa, la Profesora Norma Ochoa Leyva, y de mis entrañables amigos y socios, Angie y Ramón Luján.

            Tomé la decisión de editar mis modestos versos al tener conocimiento del trascendental evento: El XIX Congreso Mundial de Poetas, que con motivo del bicentenario de Acapulco, habrá de realizarse en el mes de octubre de 1999, máxime que tendremos un extraordinario foro para la congregación de los más relevantes poetas del mundo”.

            Al escuchar lo anterior, recibí la primera recompensa etérea sobre todo el trámite y verificación de la convivencia internacional de poesía; por lo que le pedí al editor Ramírez, que me mostrara alguno de sus poemas y de ahí este juicio fraternal para la comunidad literaria de Acapulco y del mundo.

            Vaya en primer lugar, mi reconocimiento para el poemario “Selecciones de Mi Rincón Poético”, que en 87 páginas, atesora el talento que se multiplica en la poesía de un gladiador y amante de la rima, la metáfora y el estilo personal, conjugando el verso clásico con el modernismo contemporáneo que supera la armonía vanguardista, al grado de que reintegra la admiración del ayer con el presente en el mágico escenario de musicalizar varios poemas, con la fraterna colaboración del notable maestro-pianista, Benigno Burgos Castro.

            Como sucede con todo artesano del verbo, que llega a la maestría de lo excelente, tengo la seguridad de que la producción de Fco. Xavier Ramírez Sánchez, habrá de continuar avasalladoramente hasta amalgamar una serie de publicaciones íntimas. Espero que el amable lector coincida con este juicio inicial de un creador de metáforas y rimas con personalísimo estilo, para que proyecte universalmente su inspiración y su máxima intrínseca que reza:

            “Pintar con letras lo que ven mis ojos, y plasmar con rima lo que siente mi alma”.

 

 

                                    Dr. Ltt. Manuel S. Leyva

 

 

 

A MANERA DE PRESENTACION

 

            El libro que Usted tiene en sus manos es parte de mi obra poética, con muchos años, pasiones e ilusiones de contenido, olvidado en el arcón del tiempo porque, como dice el dicho, “en casa del herrero, azadón de palo”. En otras palabras, una obra que corrió el grave riesgo de convertirse en inédita, porque por mucho tiempo ha dado paso a las de otros autores en mi afán por rescatar los nuevos valores de la literatura guerrerense, afán en el que he tenido el inconmensurable respaldo de mi esposa amada, la profesora Norma Ochoa Leyva, y mis entrañables amigos y socios en nuestra aventura editorial Angie y Ramón Luján.

 

            La impresión de esta primera muestra de mi trabajo poético tiene como humilde objeto el de estar presente con mis amigos, con mis compañeros poetas y literatos, y que sientan, franca y sinceramente, que más que editor soy un escritor, un historiador, un jugador y amante de la rima, la métrica y el estilo, pero admirador igual del modernismo que libera el alma al grabar sus sentimientos en la pátina del tiempo, posición o situación que han olvidado ante la de editor.

 

            Periodista de siempre, fui guardando algunas cosas; otras se perdieron en forma descuidada, y algunas más han dejado atrás la fecha de su inspirado nacimiento. Valga decir que de por si soy desorganizado y olvidadizo. Sin embargo, de los escombros literarios escondidos, -valga decir también que soy rata de escritorio que todo guarda, conservando aún las nimiedades- logré rescatar algunas cosas que, para muchos, quizá no sean dignas de ser llamadas poesías, pero para mí, son hijos pródigos nacidos en momentos de desvaríos, alegrías y sufrimientos, al azote recio del entusiasmo, o la frustrante agonía de la desesperación.

 

            Me gusta cantarle al hombre, a mi tierra -que como ciudadano del mundo es todo el orbe- a mis gentes, a mi Dios y a mi Guadalupana, a mis hijos y a mi amada, al jilguero y al cenzontle. Soltar el sentimiento, pues. Pintar con letras lo que ven mis ojos, y plasmar con rima lo que siente mi alma.

 

            Fui criado al golpe de la severidad y la energía, primero con mi padre, después con la vida y la milicia, con el único bálsamo del cariño primero de mi abuela, después de las mujeres, y finalmente de mi amada Norma. Y, a pesar de esto, si la rigidez templó el carácter, el amor sensibilizó el espíritu, y el periodismo de 35 años injertó en el intelecto el conocimiento, para dejar la huella contrastante del salvaje ilustrado que jamás imaginaron ver poeta.

 

            Esta obra, Selecciones de Mi Rincón Poético, es parte de una serie de tres publicaciones que conforman la Colección Xavieriana: la primera, que usted tiene en sus manos, conteniendo una muestra general de mi poesía; la segunda, Dos Mujeres, Dos Epocas, Un Sentimiento, con una recopilación de los versos a mi amada; y la tercera Tierra, Vida y Alma, con los cantos a mi pueblo y a mi gente.

 

            Sea pues acogida con caridad y complacencia por quienes se atrevan a leerla, en la inteligencia de que es tan sólo una muestra del mismo sentir de otros poetas, y aún más, de muchas otras gentes a quienes Dios no otorgó el que yo llamo maravilloso don de escribir; tenga el privilegio de ser criticada para bien o para mal, que todo sirve en el largo camino del aprendizaje, y, quizá, hasta de almohada para algún soñador empedernido, copartícipe de mis anhelos y esperanzas.

 

            Para Usted, con el afecto de quien, sin conocerlo, le estima y respeta por el simple hecho de ser un integrante más de la raza humana.

 

                                                           

                                                            Fco. Xavier Ramírez S.

 

 

 

 

 

RETO

 

Que si una rima podría hacer

sin la inspiración divina

que provocara una mujer,

clamó mi ser escuchando a un poeta.

 

Tomé como bagaje una hoja,

y con la frase que culmina,

grabé lo que mi mente arroja

dejando correr el lápiz-saeta.

 

Escribí una no mala tonada,

como estampa su paso quien camina,

y así, con acción valentonada,

me sentí inspirado asceta.

 

Más al revisar lo escrito

por mano que la mente domina,

descubrí destrozado el mito

del que hace poema en rabieta.

 

Nunca debe emborronar cuartilla

el que al escribir termina

dejando rima y métrica en camilla,

cual torero al que cortan la coleta.

 

La poesía es belleza y hermosura,

es saber decir del aire

el rumor que hace cuando corre;

el piar del ave que canta en la espesura;

el sufrimiento que motiva un desaire;

el ruego a Dios para que borre

el dolor que cambia por ternura.

 

Es aspirar con fuerza un sentimiento...

y arrojarlo convertido en soneto

enlazando las perlas del cariño;

es cambiar discernimiento

por la tierna frase del momento

en que Madre llama a ella un niño.

 

Es hablar con voz entrecortada;

es mirarse frente a frente;

es la lágrima que dulce empapa

la faz de la mujer amada;

es decir lo que se siente,

cuando un suspiro, por amor, se escapa.

 

Es la plegaria insistente y suave,

que al cielo sube en alba paloma,

rogando por el ser que adora

al que adora -Señor que todo sabe-,

y que por igual todo perdona

a quien rinde cuentas en su hora.

 

Es, así, dulce turquesa,

la poesía que inspira el alma,

el sentimiento, la agonía;

es, quizá, de la pavesa

su luminosidad y calma

mezcladas en tibia armonía.

 

Es vida, muerte,

risa, llanto,

desesperación,

suerte,

canto.

 

Es... simplemente inspiración,

inspiración divina

que ilumina

al poeta en su creación.

 

 

 

 

COMO QUISIERA

 

Como quisiera tener mil vidas

para cambiar del mundo la faz,

y dar a mi hermano como consigna

la gloria indemne de santa paz.

 

Como quisiera ser cavernario

para tomar del fuego sólo el calor,

y darle al mundo un nuevo lenguaje

basado todo en puro amor.

 

Como quisiera ser Galileo

y de oficio ser pescador,

para unirme a la grey del Hombre

y seguir los pasos del Salvador.

 

Como quisiera ser sacerdote

y tener del frayle la santidad,

para olvidarme de sus pecados

y absolver a la humanidad.

 

Como quisiera tener mil vidas,

para tener la oportunidad

de borrar maldad e inquina,

dejando sólo bondad.

 

Ya que esto no es posible,

sólo quisiera al cielo rogar

me permita ser justo y noble

para a los míos honrar.

 

Dejarles como legado

el don divino de observar,

para gozar del azul del cielo

y arrullarse con son de mar;

 

el centellear de la madreselva

y el cantar de la cascada;

la majestad del halcón en vuelo,

y la organización de la parvada.

 

Vibrar al ritmo de la lluvia

cuando cae, refrescante, en la roca,

o del colibrí cuando rampante

salta feliz de rosa en rosa.

 

Tener al sol como amante

y a la luna vigilante,

en medio de un cielo estrellado

o de una mañana suspirante.

 

Dar gracias a la madre tierra,

que nos ofrece su simiente

sin más tributo que pagar

que llegar a dormir en su vientre.

 

Ser feliz y hacer feliz,

perdonar agravios e indolencia,

condenar la traición

y exaltar la inocencia.

 

Y, al final, cuando la luz se apague,

como quisiera tener mil muertes más,

para gozar con cada una

un mil momentos más de paz.

 

 

 

 

A NORMA

 

Qué es un verso para ti?

Es amor en manifiesto texto,

o acaso prueba de cariño?

Es decir... por ti sentí!

O simplemente un pretexto

como dulce que se ofrece a un niño!

 

No, mi amor, eso no es un verso.

Un verso surge espontáneo

de la inspiración divina del poeta;

del pétalo el toque terso,

o grito de musa momentáneo

que distingue al hombre del asceta.

 

Nunca será prueba forzosa

del amor que sientes por tu amada,

o testimonio de candente beso.

Es espíritu que el hombre goza

al ver la luz de la alborada,

o palpar un sentimiento preso.

 

Es dejar la huella de su vida

en un pedazo de papel escrito

más como desahogo que reclamo,

pues para sentirte bienquerida

bástete sentir el grito

del hombre que te dice ¡¡Te amo!!

 

 

 

 

 

 

A NORMA (II)

 

Busqué en mi vida el caminar inerte

del hombre que responde a su destino,

y encontré que soy hombre de suerte

porque te encontré en mi camino.

 

Viajaba fugaz, pasando por la vida,

dejando a mi paso recovecos,

escondiendo una meta decidida,

cosechando sólo palos secos.

 

Ocultaba mi pasado,

encubría mi presente,

y dejaba yo de lado

lo que el hombre dice o siente.

 

Cansado estaba de mis actos;

pedía, sin querer, la muerte;

olvidaba viejos pactos

sin saber que llegaría a verte.

 

Sólo un hilo me ataba a este mundo,

el amor por mis hijos pequeñines,

seres inocentes de profundo

cantar de cantares querubines.

 

Todo lo había experimentado,

gocé la vida plenamente;

ame, no lo niego, y fui amado,

fuerte, llana, plenamente.

 

Mi infancia fue precoz, pero divina;

mi juventud, ni se diga, excelente;

subí de la montaña hasta la cima

y bajé hasta el fondo de pendiente.

 

Crecí libre y sin temor alguno,

viví mi vida y aún hasta la muerte,

besé las nubes del cielo uno,

sin saber siquiera que llegaría a verte.

 

Hubo en mí honda congoja

por no alcanzar lo siempre anhelado,

y es la vida quien me arroja

a encontrar por fin al ser amado.

 

Recorrí cielo, mar y tierra,

para encontrarte, ser divino,

y ahora es el destino el que cierra

de nuevo la puerta del camino.

 

Llegué a ti feliz, ilusionado,

con el corazón henchido de placer,

con el ego deslumbrado,

para a tus plantas yacer.

 

Pero, hay de mí, que exigente,

como tú lo haces con la mía,

te celo a la par que con tu gente,

pobre y dulce amada mía.

 

Es amor? Lo juro por el cielo!

Lo juro porque vibro a tu toque omnipotente,

pero me siento incompetente

para dejar a un lado ese mi celo.

 

Hoy no sé qué hacer con lo que siento,

si luchar contra la cumbre vana,

o dejar que todo se lo lleve el viento,

o tirar a golpes la montaña.

 

Sólo sé que te amo con un amor gigante

que puede convertirse en embeleso,

que puede convertir de amor el beso,

o en orgullo y despedida el desplante.

 

 

 

 

¡SALVOS!

 

Ven... camina junto a mi

tomada de la mano!

 

Qué importa que entre ambos,

abierto con sin par cinismo,

pretenda rabioso alejarnos

un profundo y familiar abismo.

 

Ven... camina junto a mi

tomada de la mano!

 

Vivimos, sí, ya lo hemos hecho

y cada quien tiene su cargo,

más, sin embargo,

a vivir de nuevo hay derecho.

 

Ven... camina junto a mi

tomada de la mano!

 

Es corto el tiempo

y largo el tormento,

pero el amigo viento

paliará el sufrimiento.

 

Ven... camina junto a mi

tomada de la mano!

 

Y sabes qué...?

mis dulces ojos verdes,

hoy, es ayer,

ya el mañana viene.

 

Ven... camina junto a mi

tomada de la mano!

 

No dejes que la hiel

aumente tu quebranto,

tórnala en miel!

y olvida el llanto.

 

Ven... camina junto a mi

tomada de la mano!

 

Toma mi mano,

y en sonora carcajada,

¡sé feliz!

como yo lo soy

mirándome en tus ojos,

dulce amada...

 

 

 

 

ERES

 

Eres furia de ola embravecida

que azota con falsa saña el risco,

lo mismo que acaricia adormecida,

ocultando así, tu carácter arisco.

 

Eres nube en constante cambio

dejando en el cielo mil figuras,

lo mismo que suelta, con resabio,

agua en torrente y amarguras.

 

A la vez dulce y amarga,

como aquel chocolate de la abuela,

en que según el tiempo, carga,

pero, a pesar de todo, encela.

 

Fría como el iceberg que se asoma,

rechazante, incisiva y veleidosa,

pero que se inflama con sensual aroma

y se rinde toda, majestuosa.

 

Amas y odias, ¡uno en todo!

entregas el beso y la indirecta,

pero lo haces de tal modo

que aún la muerte...es fiesta!

 

 

 

VERDE

 

Es el verde que campea

subiendo en El Veladero,

vereda que serpentea,

la del verde que yo quiero!

 

Es el verde de tus olas

que tiñen el mar dorado

de tu sin igual bahía,

es el verde que tu inmolas

contra la roca reventado

el verde que yo quería!

 

Es de tus campos el verde

en que enhiesta está la espiga,

que orgullosa se pierde

entre cocales, sombría;

es el verde de palmera

al que le ruego me quiera!

 

Verde el tallo de la rosa,

que no importa en sus espinas

la fragancia candorosa

para hacer, flor, si te animas,

rojo pasión que en su tallo

pasión de verde yo hallo.

 

Es el verde mi locura

que en mi bandera ondea

y en el surco se procura

el fruto que saborea;

verde, tono de esperanza,

que mi alma anhelante alcanza!

 

Verde, verde, vida mía,

que idolatro ya de hinojos;

es tu verde mi alegría...

es el verde de tus ojos!

mi Norma, mi vida entera,

rogando a Dios que me quiera!

 

Y una noche, sin olvido,

explosión de verde olivo

lanzaron tus verdes ojos

para decirme ¡te quiero!

un te quiero agorero

que dio vida a mis despojos!

 

Gracias, gracias vida mía,

gracias Dios por este tiempo,

gracias ola, mar y viento,

por darme lo que quería,

y a ti, Norma adorada,

por convertirte en mi amada!

 

Dios bendiga unión y suerte,

Dios bendiga tu presencia,

por permitirme quererte,

por convertirte en mi esencia!

Dios bendiga ese tu verde

verde esmeralda que muerde.

 

Y allá en un futuro cercano,

sea el verde mi destino,

como verde fue el camino

verde sea pues el arcano,

en donde seguiré gritando:

me sigue amando, me sigue amando!

 

 

 

 

 

FALAZ VENTURA

arbitrario al ritmo, sonsonete sino

 

Abre tus alas al viento

triste paloma mensajera,

grita tu sino de adviento

falaz y lisonjera.

 

Fuiste mi estrella rutilante,

fuiste, agorera, mi futuro,

y a pesar de mi deseo anhelante,

negro, muy negro augurio.

 

Te creí mi último peldaño,

capaz de soportar mi pena,

y fuiste en mi redaño,

prácticamente, última cena.

 

Quita... quita de encima tu insistencia,

déjame estar a solas con mi enseña,

bandera fugaz, de mi entereza esencia,

que al final nada me enseña.

 

Déjame aprender lección sobre lección impresa,

que el amor ni se miente, ni se niega;

que el amor no es cazador ni presa,

sólo ilusión con la que al fin se brega.

 

 

 

No finjas más lo que tu alma siente,

lo que tu corazón te indica;

no trates de ser simiente

en tierra en que ni la rodilla hinca.

 

Calma tu ansia asesina

que mi amor acaba para siempre,

porque mata el que obliga

a ser impuro el sagrado vientre.

 

Déjame en paz terminar mis días,

déjame adorar la realidad sin sueños,

deja de intentar tus guías

convertirlas en amos o mis dueños.

 

Deja que pierda la ilusión perdida,

deja que mi corazón se abra,

deja que supure mi herida

mientras mi amor, más que hablar, te ladra!

 

Ya!...basta de tanta hipocresía!

Basta de querer remodelar mi vida!

Mi vida está formada, día a día,

por mis hijos, mi sino, y mi ansía!

 

Te quiero, sí, como se quiere al ser amado,

te quiero como a nadie he querido,

pero tu amor idolatrado

mi pasado no ha fundido!

 

Soy el mismo de siempre, cruel y despiadado,

porque a nadie he querido como en ti lo hago,

cruel porque te di mi amor ilusionado,

despiadado porque éste ha sido vago.

 

Vete, vete de mi vida frustrada y acabada!

porque mi amor te hace daño y te empaña,

como el acíbar acicalada

que con dulce sabor en el amor se ensaña.

 

Ve tranquila y olvida mi conjura,

porque no te culpo ni te acoso,

fuiste tú engañada y pura,

pudiendo ser de mi alma el reposo.

 

Sin embargo, reconozco tu excelencia,

no pude curar tu herida emponzoñada,

pero soy igual, en ascendencia,

o peor, quizá, por quien fuiste engañada.

 

Quise contigo, falaz ventura,

ser diferente en mi aventura,

y no sé si fuiste cierta

o fantasmal verdad incierta.

 

Adiós, fuente inspiradora de partida,

aunque vuelva a tus brazos en debilidad impura,

no significa que fuiste compartida

ni acaso otra más en mi locura.

 

Eres, y entiende bien lo que te digo,

el amor de mis quereres, pero abierto, sin verdugo,

porque al final de cuentas en ti abrigo

hallar en muerte lo que la vida nunca pudo.

 

Ni vida adolescente, ni infancia libre,

ni madurez obligada a la conjura,

ni responsabilidad u obligación que sirve,

ni suavidad que disimule inmadura.

 

sino almohada de plumas arbitraria

que sirva para descansar mi mente,

que sirva para abandonar la vida diaria

cansado de vivir demente!

 

Ya!...déjame en paz acabar de pronto;

créeme tuyo si así lo quieres!

porque lo soy, maldita sea!

pero lo soy también del mundo!

 

Y si alguien me reclama,

dile que pedí en mi muerte,

ser de quien en realidad me ama,

el agua pura, clarividente,

de esa bahía que silenciosa llama

a mi ceniza bastarda, inerme,

que me grita, me ama

con un amor que siente

que es ella la que tiene

derecho final ante mi suerte!

 

Si así lo haces, gentil amada mía,

Dios te premie en el acto final de tu osadía,

porque puede ser testigo fiel de mi deseo,

aquel en que te dije te quiero, y ya no veo,

la forma de demostrarte mi cariño!

 

Se pues, testigo infame

del que ya no vivió contigo,

pero siguió pensando, amigo,

que encontrases a quien te ame.

 

Adiós, amor de mis amores, postrer amiga mía,

clama a los cuatro vientos que fuiste mi cariño;

grita!, grita amada mía!, señora mía!

que fuiste la última madre de este niño!

 

 

a mi amada Norma,

en uno de esos momentos de arrebato que,

 finalmente, logramos superar con el correr del tiempo,

alcanzando la tranquilidad del verdadero amor.

 

 

 

 

 

SINFONIA DEL MAR

 

La gente se fue llegando por la ladera.

Poquito a poco fueron bajando,

con caras tristes y compasivas,

sin comprender qué estaba pasando...

 

Llegaron muchos... muchos... de todas partes,

cantando un himno como en murmullo...

llegaron juntos... casi a la hora,

andando a ritmo como de arrullo.

 

Se acomodaron muy lentamente,

con cara triste y casi indemne,

dejando correr al viento su cabellera,

un viento fresco, libre, irreverente.

 

El mar, tranquilo, en su inmensura,

revoloteaba y se azotaba contra la roca,

sacando espuma blanca, lozana,

como lo hace bestia que se desboca.

 

La luna, tímida, allá en el cielo,

apenas, apenitas se asomaba,

como chiquilla que en travesura

su reino propio ilusionaba

 

El horizonte abría sus rojizos brazos,

salpicados de sangre-herida

vertida en ritual sagrado

en que ofrendara el reo su vida.

 

Cayó la tarde... llegó la hora...

un rumor se apoderó de las gargantas,

y voz de asombro rasgó el ambiente

cuando la muerte segó sus plantas.

 

Allí estaba, agonizante, cayendo muy lentamente,

cambió en naranja su tinte rojo,

y dejó que el mundo le contemplara

cuando llegaba al fin su arrojo.

 

Las nubes todas le despedían

salpicadas por sus reflejos,

y entró en el agua... muy lentamente...

entró solemne... allá a lo lejos.

 

Dejaba todo... dejaba el mundo...

bajó a su tumba dejando el día

con la promesa de su retorno

cuando de todos se despedía.

 

Fue La Quebrada mudo testigo de su aventura,

fueron los hombres los que aplaudieron,

fue el Sol que murió en ocaso,

un Sol divino que todos vieron.

 

Y así, callados, se retiraron, con la sonrisa

que guarda el hombre con la esperanza

de verlo otra vez, con el nuevo día,

aparecer soberbio en lontananza.

 

Sólo alguien como él, el astro Rey,

dador de luz, salud y vida que rebosa,

es capaz de morir solemnemente,

de tener una muerte tan hermosa.

 

Y es sólo Acapulco, tierra de mis amores,

el marco perfecto para esa hazaña.

Descansa, Sol amigo, toda esta larga noche,

esperaré confiado en que volverás mañana.

 

 

 

 

NECAXA

Para mi amigo Valeriano Garrido Trápala,

en reconocimiento al esfuerzo por salvar

a mi sierra del ecocidio.

 

Quién refleja en sus aguas

el pino enhiesto de verde orgullo serrano?

Es Necaxa!... dijo el pino que ahí se reflejaba,

Necaxa... la de Valeriano!

 

Quién cobija torrente de montaña

envuelto amoroso en su neblina?

Es Necaxa!... me dijo en un susurro

la gota de agua de la niebla cantarina.

 

Quién se esconde en esa sierra

temblorosa ante el golpe del destino?

Es Necaxa!... la que se negó a morir,

dijo orgulloso lugareño en el camino.

 

Necaxa, sí! la de la verde hierba,

la del agua mansa en su cima

y torrente controlado que se arroja

al barranco de su estigma.

 

La que hereda, cariñosa, a sus hombres,

la pétrea fuerza que mantiene en su cortina,

y le permite llorar a la escondida,

confundiendo lágrima con rocío de colina.

 

La serrana que en Semana Santa

rinde, religiosa, tributo a su Creador,

reviviendo su pasión y muerte

en representación pletórica de fe y amor.

 

Rinconcito pictórico y agreste

que Canaditas cuida lisonjero,

para dar a la patria luz,

en un futuro quebrado y agorero.

 

Necaxa, sí! pintada de aceite y artimaña,

magnánima tierra de entereza,

que estuvo a punto de morir dos veces,

una la nacer y otra al salvar su presa.

 

Cuna de raza bendita que luchara sola

por salvar de ecocidio falaz, pero muy cierto,

a mi tierra, que de exuberante y fértil,

pretendían convertir en un desierto.

 

Es Necaxa, sí! clamaron en un grito

la voz del hombre y el trino del jilguero,

Necaxa, la del oyamel y el chipi chipi,

la del esbelto cenzontle vocinglero.

 

A la que se llega por camino serpenteante

que nace en la costa y muere en la meseta;

vecina de Xicotepec y Huauchinango,

con quienes forma trilogía de asceta.

 

Necaxa, la que ruega por igual

a Dios con su trabajo y preces...

Necaxa, la tierra serrana que en este siglo

se ha negado a morir, no una... sino dos veces!

 

 

 

 

A PEDRO CANO

En ocasión de sus 28 años como bailarín profesional

y 18 de su Ballet Guerrerense.

 

Voló en tus pies alados,

como en Mercurio la facilidad del viento,

la magia innata de la danza mexicana,

danza que hierve en mi sangre,,, y la siento!

 

Tocó la chirimía su sonsonete

y el teponaxtle su acompasamiento,

para dar ritmo al alegre salto

acompañado de fervor y sentimiento.

 

Temblaba Grecia ante tu baile mesoamericano,

primero por temor ante su influencia,

para después tomarlo de la mano

y danzar a la par de tu inocencia.

 

Salta!... venado agonizante!!!

Sufre, viejito michoacano!!!

Canta, triste moro sollozante!!!

Llora tlacololero guerrerense y mexicano!!!

 

que todos ustedes, seres de leyenda,

viven inermes en la historia

por gracia, danza y senda

de Pedro Cano en plena gloria.

 

 

 

Colores, colorines, colorados,

serpiente, tigres emplumados,

penachos de plumas de quetzales

que se arrastran hoy mismo en arrabales.

 

Levanten la faz hacia el poniente

y revivan en los pies de nuestro amigo,

que con él, y yo firme testigo,

volverán a surgir en la simiente.

 

Vive!... Canta!... Baila...!!!

Que mi México pondere!!!

Danza, mago de la historia,

aunque tu rodilla ya flaquee,

 

que una danza audaz como la tuya

es destello de mi imagen luminoso,

que en la sangre del azteca se arrulla

en el pasado mexica tan grandioso.

 

Silbe pues la flauta alegre y bullanguera,

y hoy que casi cumples tres decenios,

siga tu pierna ágil, altanera,

dando a México tu danza de milenios.

 

Salve, no bailarín, sino danzante,

tu vida Jesús en la alborada,

para seguir siendo integrante

de la danza de serpiente emplumada!

 

 

CHILPANCINGO

 

El Huacapa es tu guardián,

de la sierra limitante,

que camino serpenteante

descubre en inmenso afán.

 

Es, Chilpancingo, tu historia,

la historia de nuestra patria,

y tu templo María Gratia

testigo de honor y gloria.

 

Plaza de Armas ha guardado

de los héroes el clamor,

al castigar al traidor

que tu suelo hubo hollado.

 

Canta, adorado Chilpo,

que el escenario es propicio,

canta a tu precipicio,

barrancas, sierras y picos.

 

Canta a la ladera verde,

o a San Mateo, barrio viejo

que refulge cual espejo,

en donde el recuerdo muerde.

 

Loa a tu piedra cantera

y a tus murales de bronce,

que no olvidan el entonces

y el pelear en la pradera.

 

Canta a Morelos, a Bravo,

a Juan Alvarez y Galeana,

a la juventud temprana

que su vida te ha ofrendado.

 

Canta y llora en el verso

que la prosa originara,

sin que tu gente olvidara

el fin del sangrante esfuerzo.

 

Deja correr el tiempo,

deja manar la herida,

deja que la desidia

lance el recuerdo al viento.

 

Quizá, dentro de poco,

nuevo redoble te anime,

y el clarín que te redime

lo vuelva a tocar un loco.

 

Un loco que en su extravío

¡Libertad! grite de pronto

y de allá, de lo muy hondo,

surja el coro bravío.

 

 

 

 

 

Y un nuevo Guerrero se lance

a enfrentar sus enemigos,

a desfacer entuertos y remilgos

de los que el pueblo se canse.

 

Sólo queda recordar,

en medio de los lamentos,

que a mi tierra fuiste a dar

de la Nación los Sentimientos.

 

¡Salve! Chilpancingo hermoso

el de la tarde tranquila,

el del tlacololero airoso,

deja, deja aún manar tu herida!

 

 

 

AYUTLA DE MIS AMORES

 

Límpido cielo estrellado

de Ayutla de mis amores,

¿de dónde sacaste el bordado

de tu blusa de mil colores...?

 

Quizá haya sido el buril

que en manos del artesano,

en golpe recio y viril,

graba en el machete ufano

mensajes de mil colores,

imágenes en acero

entre chispas de fraguadores,

el que pintara a Guerrero.

 

Límpido cielo estrellado

de Ayutla de mis amores,

¿de dónde sacaste el bordado

de tu blusa de mil colores...?

 

Quizá el calor del fuego

que tu amplia cazuela cuece,

sea el que da el temple

al hombre que en tu seno crece;

y quizá de la panocha el dulce,

y del chilate el sabor,

a tu mujer, con amor,

el suave don que seduce.

 

Límpido cielo estrellado

de Ayutla de mis amores,

¿de dónde sacaste el bordado

de tu blusa de mil colores...?

 

Puerta de sierra, puerta mixteca,

quizá del camino rojo polvoriento,

con huella de sangre tlapaneca

cargada de historia y sentimiento,

sangre indígena regada en vano

cuando en choza humilde, con ardor,

firmara Plan contra el tirano,

rechazando al usurpador.

 

Límpido cielo estrellado

de Ayutla de mis amores,

¿de dónde sacaste el bordado

de tu blusa de mil colores...?

 

Quizá de la tierra virgen, nube pasajera

de guanábana, aguacate y zapote,

que suda en petate agorera

a la sombra de virgen y capote,

quizá del ave y su trino

que cobija sombra amante

de la ardua jornada del camino,

por igual a ave, bestia y caminante.

 

Límpido cielo estrellado

de Ayutla de mis amores,

¿de dónde sacaste el bordado

de tu blusa de mil colores...?

 

Yo no sé de dónde lo sacaste,

si de la veta de oro refulgente

o de la recia raza que ostentaste,

brotada del surco cual simiente.

Yo no sé, ni hay quién me lo diga,

sólo sé que tu machete y jarro

se funde bendito a quien bendiga,

Dios y hombre, que son del mismo barro.

 

Que importa, pues, límpido cielo estrellado

de Ayutla de mis amores,

de dónde sacaste el bordado...

Dios bendiga tu blusa de mil colores!!!

 

 

En honor a la hermosísima tierra de

mi dilecto amigo Don Víctor Ortiz.

 

 

 

 

 

A ELLA

 

Tiene del azteca su tez morena,

el verde del maguey en su manto,

y de la pitaya, en su rostro, la dulzura.

Juntas, muy juntas, sus manos,

como suplicando por mi pena.

Sus ojos, entornados, esperando

la respuesta del indio y su cultura

de amarse todos, como hermanos!

 

Es mi Madre, es mi hermana,

mi apoyo y confidente.

Es, ante El, mi intermediaria,

consejera, enfermera y protectora.

Su sola presencia... sana!

El fulgor de su rayo... se siente!

Su adoración... necesaria!

Es la dueña de mi aurora!

 

Gorrioncillo mexicano, vuela!

cuéntale a la calandria y al cenzontle,

que le cuenten al tigre de la montaña

y al venado en la pradera,

que por él la Guadalupana vela

al son de chirimía y teponaxtle,

dejándole ser el héroe de la hazaña

y forjador de una patria verdadera.

Cuenta de Juan Diego el privilegio

y del azteca el sacrificio.

Cuenta de cómo su benevolencia

la convirtió de América en Patrona.

Habla, orgulloso, del sortilegio

que dejó en el Tepeyac, sagrado indicio

de su amorosa paciencia

y de su cobijo que a millones apoltrona!

 

Narra, pero a voz en cuello,

cómo se ha ganado el amor de mis hermanos,

que se arrojan por millones a sus plantas

en centenas de fervorosas peregrinaciones.

Diles, diles de ese su amor tan bello

que siente por los mexicanos,

diles cómo le cantas,

cómo es dueña de nuestros corazones.

 

Deja constancia grabada en la memoria

de que ha sido paño de lágrimas del pobre,

infalible doctora del enfermo

y arropante cobija para el frío.

Cuenta cómo en la historia

no hizo nada igual en todo el orbe,

y que cuando mi espíritu está yermo

dice, cariñosa, “¿no estoy yo aquí, hijo mío?

 

Es ella, a la que negué indolente,

la que ahora me protege y me mima.

Es ella, la del candor inocente

que antes reconocer no supe.

Es la Reina del México naciente,

la que América domina,

el amor eterno de mi gente:
Mi Virgen de Guadalupe!

 

 

 

MI CRISTO

 

Testigo de mis tristezas,

normador de mi criterio,

asesor de mi aventura

y censor de mis torpezas,

es duro, silente, serio,

ahí está... nada le apura.

 

Es mi Cristo de Pátzcuaro,

hermoso ejemplar tallado

por manos de un artesano,

que nunca he averiguado

porque le hiciera tan callado,

tan celestial y tan humano!

 

Tiene el rostro hundido,

girado sobre su izquierda;

los dos brazos muy abiertos,

uno hacia el cielo extendido,

y un par de muy largas piernas,

como las tienen los muertos!

 

El taparrabo, por cierto muy bajado,

cubre sus exiguas caderas,

pintado de un rojo sangre

como la que mana de su costado,

de su hombro, sus coderas,

y de su frente por las púas traicioneras!

 

Como hombre, es hermoso,

muy bello como trabajo artesanal,

impacta con su presencia,

es, simplemente, portentoso,

divino como toda obra celestial

de la que respira su esencia!

 

Es mi Cristo de Pátzcuaro,

amo de mi vida y de mi casa,

Señor entero que Norma

todo lo que digo y hago,

lo que sucede o me pasa,

lo que al mundo transforma!

 

Pero no es el pedazo de palo

que tallara el artesano desconocido,

pero de mano bendita,

no, no es su figura externa la que amo,

es el modo representativo

que desde el fondo brota, grita!

 

Es el espíritu bondadoso

creador de almas y vidas;

ese ser grandioso, supremo,

hacedor del universo

por quien en apuros suspiras

y en bonanza desconocemos!

 

Es El... El... el Dios que evoco

sin variar cada mañana

al igual que por la noche.

Es El... ese que poquito a poco

me ha ganado la gana

y me ha dado con derroche!

 

Es esa trinidad divina

que de niño no entendía,

porque no me explicaba

como puede ser trina,

sin saber que sí cabía,

en uno solo, todo el amor que emanaba!

 

Hasta que tuve tres hijos

supe que tres son uno,

y como para demostrarlo

me mandó otros dos lirios,

haciendo cinco en uno,

así... cómo dudarlo!

 

Es, pues, ese Ser Omnipotente

que en mi juventud impropia

desprecié con torpe galanura.

Le desconocí, por prepotente,

abandonando mi alma en la inopia,

cayendo después en la tortura!

 

Es aquél que olvidó mi agravio,

y como buen padre me acogió de nuevo.

Es ese mismo que me apoya,

que me ama ahora sin resabio,

y al que agradezco, todo lo que puedo,

diariamente por su eterna gloria!

 

Es ese... el que está ahí

dentro de cada astilla

de mi Cristo de madera,

el que me cuida a mí,

y cuida a mi familia,

en esa imagen de Pátzcuaro cristera!

 

 

 

ACAPULCO DE MI AMOR

 

Es orilla de mar,

brisa suave,

de cocuyos despertar,

música y aire.

 

Farallones salpicados

en una bahía hermosa,

en donde siete pecados

santifica una diosa.

 

Glosario de bondades

otorgadas por natura,

cuna de grandes amores

a quien nadie apresura.

 

Sol y mar, mar y cielo,

silueta de un juramento,

que el suspiro del momento

despoja de dolo y celo.

 

Tierra dorada

con sus ocasos,

que en el temblor de sus brazos

acoge a mi bien amada.

 

Carrizos llenos de ensueño,

palpitar de corazones,

fémina de andar risueño

y alegría en sus faldones.

 

Volar contento de gaviotas,

penumbra llena de lo oculto,

tierra de ideas que evocas,

amor de mis amores, Acapulco!

 

 

ACAPULCO

 

El mar azota la roca,

una lancha pasa desbocada,

allá, en lo alto, piruetea una gaviota,

mientras observo, tierno, a mi amada.

 

¡Oh, Acapulco... tierra de mi ensueño!

arena que exuda calor y sexo,

escenario de amantes sin dueño,

pero igual marco de amor excelso.

 

Sí, porque pura es la espuma de la ola

y el verdor de tu montaña vigilante,

y el júbilo del pescador que al Vela acosa,

como el amor que siento por mi tierna amante

 

Es flotar el embeleso

por encima de la pasión insana;

es separar el agua del aceite;

es aceptar un simple beso

en vez de exigir la entrega ufana;

es diferenciar amor de deleite.

 

Es verdad, Acapulco es el marco perfecto

para el efluvio del amor, la pasión.

el dolor y el celo al descubierto,

enredados locamente en romántica explosión.

 

Pero es también cuna de tiernos amores,

con su palmera cómplice y seductora,

a quienes brindan sol y luna sus favores,

aplaude el ocaso... y arrulla la aurora.

 

Sí, Acapulco es tierra de contrastes,

de un sol que acoge, lo mismo que arde,

de negros, güeritos y mulatos galantes,

tierra por igual de la humildad que del alarde.

 

Eres tú, tú, el que al final elige

el Acapulco que prefieres en tu vida,

si el del arrebato que tu pasión exige,

o el de la ternura de una calma selectiva.

 

Sea como sea...es Acapulco!

con su Costera, Pescador y su Caleta,

y sus viejos barrios, la Nación o el Tambuco,

a quienes cuida celosa La Roqueta.

 

Es Acapulco uno solo entreverado

lo mismo el Dorado que el Diamante,

o el del Tradicional clavado,

el de la tierna amante.

 

Al que cantaran los Agustines,

el de las palmeras borrachas,

el de Lara y de Ramírez,

de acapulqueñas lindas muchachas.

 

El del Aya-yay y del Chupetas,

el del Fuerte de San Diego,

el de las dos Caletas

y del Papagayo en juego.

 

El de las luces multicolores,

el de Sinfonía del Mar

en que vemos seductores

ocasos de sol sin par.

 

Es mi Acapulco, tierra bendita,

Rey de las Condesas y La Quebrada,

en el que miro pasar bonita

con paso alegre a mi Norma amada.

 

Ven, visitante amigo,

a gozar de sol, mar e ilusión;

ven, ven a entonar conmigo

el suave murmullo de mi canción,

 

que bajo el fresco de una palapa

te embrujará, poco a poco, el corazón;

siente cómo te absorbe... cómo te atrapa...

con el embrollo de su sinrazón.

 

Yo... yo me quedé prendido,

delirante, desquiciado, inerte,

y aquí estaré, mi Acapulco querido,

a las plantas de mi amada, contigo, hasta la muerte!

 

 

 

 

 

OAXACA

 

Es tu Guelaguetza

muestra de tu belleza,

entereza y grandeza.

 

Y tu barro negro

color de muerte,

de suerte, de fuerte.

 

Tienes en Arcelia y Macedonio

retoño y demonio,

cultura y dulzura,

historia y ventura.

 

Y en la veta refulgente

de tu oro iridiscente,

ensueño inocente

de tu gente, de tu gente.

 

Eres de Juárez la cuna,

dorada, montuna,

clamando al monte y a la duna

que no hay otra ninguna, ninguna.

 

Con tu Mitla y Montealbán,

rival enhiesta de alegre afán

de la cascada de Tzinzuntzán

y el cenote sagrado del Mayapán.

 

En Tehuantepéc donaire,

senos al aire

con falda color de baile

que no acepta jamás desaire.

 

Mixteca color de palma,

de quieta calma,

que sufre y canta

con toda el alma.

 

Y en tu costa dorada,

toda enjoyada,

gozas enamorada

de Huatulco ilusión almibarada.

 

El Tule, milenario, tu orgullo,

como ese mezcal tan tuyo

que con gusano y orgullo

ha vuelto México suyo.

 

Oaxaca, tierra sana y pura,

es tu propia gente tu galanura,

resequedad y tersura,

a quien nadie apura, a quien nadie apura.

 

Historia, Patria y sentimiento

que lanza sus glorias al viento,

ventura, gracia y tormento!

Yo te canto lo que siento!

 

Dile a Arcelia, si es que vive,

y a quien no volví a ver,

que no olvido su Oaxaca,

que no la olvida Xavier!

 

 

A la hermosa tierra de

mi Tía Arcelia Yañiz Vda. de Gutiérrez

por quien aprendí a amar la cultura

al contemplar sus locuras.

 

 

 

 

VERSALLEZCA

 

Hoy parto con la cara al viento

de mi ultimo campo de batalla;

un triunfo a mi carrera aumento

en el que se grita el error...y el acierto calla.

 

Ah, veleidosa vida,

cuan transparente es el humano,

muestra amor falso en la subida

y real acritud ya sin la mano.

 

Mas no es al hombre

al que se rinde cuentas,

si no al que en su nombre

real justicia enfrentas.

 

Tu corazón, querido amigo,

tu corazón trocado de conciencia

es quien debe ser testigo

de tus actos, maldad o inocencia.

 

Lo que hagas, hazlo bien,

no por cumplir con la encomienda,

sea un mes, un año o cien,

sino por ganar en la contienda.

 

Y si es así, no esperes recompensa;

al despedirte, a tu vez, de la batalla,

serás también, y ya lo piensas,

a quien se grita el error... y el acierto calla.

 

Y ya después, en plena calma,

cuando parta la sombra y amanezca,

seremos dos los que en el alma

llevaremos la cicatriz de versallesca.

 

a un ente traidor que se batió en su propio jugo.

 

 

 

CONFORMISMO

 

Tomé el pincel de mi teclado

para contarte de mi tierra,

para dejar escrito lo que hablado

por siglos se cuenta allá en la sierra.

 

Era mi sangre, sangre Azteca,

pendón y dueña de cultura,

dadora de amor que por amor entrega,

y encuentra en el honor, dulzura.

 

Reino de Reyes combinado,

extensa tierra de Señores,

meseta central de ver almibarado

y sierra madre de pájaros cantores.

 

Puma feroz arriba el Bravo,

plumaje de hermoso carnaval,

tierra mía de faisán y de venado,

costas divinas corren su litoral.

 

Casta de mujeres puras,

de hombres “bravos y de acero”

que vigila Quetzalcóatl en las alturas

y bautiza el cenote en su venero.

 

Cuna de sabios y guerreros,

médicos brujos y agoreros

nacidos en Tenochtitlan y Mayapán,

Cosoleacaque, la mixteca y Tzinzuntzán.

 

Tierra mía, divina entidad,

luz de sol mi Mesoamérica,

era tu cultura liberta de maldad,

paz de paz e inspiración homérica.

 

Futuro quieto, claro y cierto,

legado a la hermana humanidad,

hasta que Colón, aventurero incierto,

medio milenio la vino a visitar.

 

Ahí acabó mi tierra, señor,

cultura liberta de maldad.

Murió para dar paso a “un futuro mejor”,

un futuro pletórico de indignidad.

 

Tres carabelas marcaron su suerte,

treinta europeos sembraron la muerte

de puma, plumaje, faisán y venado;

¡muerte que quinientos años se ha conmemorado!

 

Hoy quise tomar el pincel de mi teclado

y olvidarme de rima, ritmo y norma,

para hablar de mi tierra, sueño evocado,

porque al menos, hablar, ya me conforma!

 

 

 

 

MI BALCON DE LAS ESTRELLAS

 

Mi balcón de las estrellas,

nido de olas pizpiretas,

que nacen en altamar

y se mecen en Caleta.

 

Ciudad nido ensortijado

de miles de golondrinas,

que tupen el alambrado

del centro en sus cuatro esquinas.

 

Puerto fresco, almibarado,

con un zócalo que canta

y en que todo es criticado

por sus viejitos amigos de la banca.

 

Aya yay, grita el nevero

que acuña una tradición

y arrastra carro y gesto señero

por el Pozo de la Nación.

 

Su Catedral es baluarte

de la Virgen de la Soledad,

generala del español infante

que peleara mi libertad.

 

Recuerdo su viejas ceibas,

allá junto al Cine Rojo,

que destruyeran como fieras

encendiendo del pueblo enojo.

 

Aaah... mi balcón de las estrellas,

refugio del malecón

en que todas mis querellas

dejara mi corazón.

 

Déjame amarte por siempre,

tu banca, tu embaldosado,

donde surgió mi rima y suerte

y encontré a mi ser amado.

 

Mi Acapulco adorado,

el de las mujeres bellas,

en donde de verdad he amado,

Mi Balcón de las estrellas!!

 

 

MI ACAPULCO

 

Rinconcito de cielo

azotado por el firmamento,

dime por qué siento que vuelo

cuando respiro tu aliento.

 

Dime a que equivale

una noche con tus olas,

cuando del alma sale

el brillo de tus corolas.

 

Dame un poco más de tu brisa,

dame un poco más de tu noche,

que ya la muerte me avisa

que viene a mi sin reproche.

 

Regálame un lucero

que titile entre tu bruma,

para guardar agorero

el resplandor de tu luna.

 

Dame de tu relámpago

destello luminoso en día,

ahorro que ahora en pago

reintegro en mi osadía.

 

Envuélveme con la espuma

candorosa de tu mar,

para esconderme en la duna

verdorosa de tu amar.

 

Y con tu ritmo adormece,

al tono de tu Bahía,

la felicidad que enloquece

al sentirla mía!!!... mía!!!

 

Gracias, Señor bondadoso,

por sentarme en esta tierra,

del mundo noble coloso,

mar, brisa, ternura y sierra.

 

Por permitirme exhalar

en el último momento

aquello que pude amar

con el más puro sentimiento!

 

 

MI MANCHADITA

 

Enseñoreada en la entrada de mi casa,

estaba vigilante mi manchadita,

madrecita linda y santa de mi raza,

madrecita hermosa, mi Señora Lupita.

 

La negué mil veces,

me negué a adorarla,

la negué en mis preces,

me negué a amarla.

 

Me dolía su olvido;

me influenció un amigo

y en congoja hundido

me faltó su abrigo.

 

Sin embargo, un día,

al soñar con Ella,

con ternura oía

su frase más bella.

 

Qué acaso no estoy yo

aquí hijo mío...?

y en mi ser estalló

mi ateo desvarío.

 

Madre Mía... eres tú!!

Soy yo el que no existo...

ven, que no resisto...

renuncio a Belcebú!!!

 

Y me fui a buscarla

implorando su perdón,

a besar su blasón,

a quererla, a amarla.

 

Y para redimir

el artero ultraje,

me le hice construir

un cuadro homenaje.

 

Lo encargué a mi esposa,

lo hizo con cariño,

era la gran cosa...

pintada de armiño.

 

Pero mi Lupita,

a fin de recordar

mi hazaña maldita,

habríase de manchar.

 

Y hoy, en esa entrada,

mi Virgen Bendita

me cuida y me ampara,

aún manchadita.

 

Le seré fiel siempre,

amaré su nombre,

porque en su vientre

le dio vida al Hombre.

 

Porque con su manto

nueva vida me abre,

sin pena, sin llanto,

con amor de madre.

 

Olvidó mi ataque,

despejó mis dudas,

perdonó mi arranque,

arranque de Judas.

 

Me guió en mi camino,

me acogió en sus brazos,

juntó los pedazos

de un pobre destino.

 

Quizá con el tiempo

se borre mi cuita

y ya no siga siendo

más mi manchadita.

 

 

 

VIDA

 

Eterna incertidumbre

de la espera

que la postración

obliga.

 

Sufrir maldito

de impotencia,

inutilidad,

fatiga.

 

Quebranto humano

que demuestra

imperfección,

castiga.

 

Dolor de cuerpo,

dolor del alma,

perder la calma.

 

Horrible imán

que atrae aparejados

burla, lástima, abuso...

fustiga!

 

Impotencia pasajera,

pero cruenta,

que en la resignación

se vuelve amiga.

 

Horas que se alargan

y eternizan,

permitiendo la paz

que el pensamiento abriga.

 

Dolor de cuerpo,

dolor del alma,

perder la calma.

 

Insanía imaginativa

que provoca lo que evoca

la pluma que vuela

del escriba.

 

Placer de soledad,

dolor de abandono,

sentimiento que sensibiliza

y a uno y otro liga.

 

Esperanza y recaída,

depresión y rebeldía,

enfrentamiento mental

que acaso lo consiga.

 

Dolor de cuerpo,

dolor del alma,

perder la calma.

 

Y en el fondo de todo,

un corazón que late

acelerado y delirante

auriga

 

para encontrar en medio

de la enfermedad maldita

el único pretexto de su lucha...

¡¡ La Vida !!

 

 

semiparalizado en El Versalles, sept. 3 de 1990

 

 

 

CORAZON

con la libertad que me permitían mis nueve años

 

Corazón, te rechazan, te desprecian,

no quieren escuchar la confidencia

que dijiste en un rapto de amargura...

 

Corazón, te desdeñan, ya no ruegues,

si te niegan, no supliques,

prosigue tu camino imperturbable

y burla tu dolor, tus desengaños.

 

Ya no esperes jamás en la ventura

que un día, con fe, pediste arrodillado,

ni en el amor paternal, ni en ilusiones,

ni en el hogar tranquilo, cariñoso,

ni en ideales que mienten y se esfuman,

ni en promesas y sueños que se olvidan.

 

No esperes corazón, en nada, en nada,

todo es triste, fantástico y sombrío,

todo muere al contacto con la duda,

todo es farsa y grotesco carnaval...

 

La vida es la quimera destructora

que cuerpo y espíritu envejece prematura,

donde todo se agosta y aniquila

y sucumbe aplastado por el peso

del alud, que pronto se desploma

de la cumbre inmortal del desencanto.

 

¡Irónica existencia dolorosa!

¡ya no temo tus golpes, tus estragos,

ni tus negras traiciones humillantes,

ni al martirio mortal que nos sujetas!

 

Irónica existencia... yo te reto

a luchar sin cuartel para el futuro;

si eres majestad dominadora,

yo me hago tu bufón y me divierto,

olvidando entre risa mi tormento,

convirtiendo mi pena en sarcasmo.

 

Corazón... siente...canta tus anhelos,

guarda bien tus desventuras,

cuenta todos tus recuerdos

y sepulta tus ansias y ternuras.

 

Hoy que vas agonizando, muéstrate altivo,

no te amedrentes ni te creas vencido,

prosigue tu camino sin turbarte

y desprecia el amor, no lo mendigues.

 

Corazón... corazón, tú ya no palpas

la amargura que ayer te doblegaba,

porque el sufrir intenso no se mide,

ni se puede expresar, ni se comprende.

 

Corazón lacerado, ya no busques

el calor y el abrigo de su querer,

refúgiate en los brazos maternales

que saben consolar y resguardarte

del mal que te persigue por doquier.

 

Refúgiate en su seno generoso

que te busca, te llama y no te olvida!

y después, corazón, ve por la vida

aislado, solitario, silencioso...

sin conmoverte nunca... y sin amar...

 

 

 

CARIÑO DE SOBRA

 

Sentí correr el miedo

por mis venas;

recorrí, casi a lo ciego,

alegrías y penas.

 

Escondida la cabeza

en la almohada,

esperé con entereza

la alborada.

 

Pero pasaban los días

más y más nublados,

y lloraba, y reía,

suplicaba en todos lados.

 

Mientras, la muerte, paciente,

me esperaba,

con una mueca sonriente,

al pie de mi cama sentada.

 

Si acaso muero,

quien lea mi verso

lea que en él yo quiero

flotar en el universo

 

para evitar de Dios reclamo,

para evitar de Satán condena,

y observar desde ahí a quien amo,

gozar su gusto y llorar su pena.

 

Dos cosas me faltaron

en mi bien vivida vida,

me faltó maldad... para ser malo,

y me faltó bondad... para ser bueno.

 

pero me sobró cariño,

para recibirlo y para darlo,

para una mujer, para un niño,

y aún me sobró para regalarlo.

 

Regalarlo al mundo,

a mis amigos,

cariño tan profundo

y sin remilgos.

 

 

GRACIAS SEÑOR

 

Dios bendiga mis buenas obras

y perdone mis errores,

que los unos y los otros

fueron siempre actos de amores.

 

La sombra de su cruz

marcó siempre mis acciones,

aunque a veces poca luz

me obligara a desviaciones.

 

Cuatro veces regresé,

porque algo había en mi camino;

regué su palabra y oré;

cinco hijos le dejé al destino.

 

Grité, a mi modo, su verdad;

proclamé a los cuatro vientos

trocar amor por vanidad

y ensalcé sus sentimientos.

 

Escribí, no uno, sino varios libros;

planté un árbol repetidas veces;

tuve, repito, cinco hijos;

le pagué al mundo con creces.

 

Tomé de él lo necesario

para vivir en la cordura,

me preparé para morir a diario

y puedo partir hoy sin amargura.

 

Gracias Señor, por darme tanto;

y si es tu deseo el recibirme,

que sea acompañado del canto

de mi cenzontle al despedirme.

 

 

HERENCIA

 

Dejo a quienes me amaron, como herencia,

el deber de amarse unos a otros,

no tomar ajeno más que al cobro

y entregar al que le falte lo que queda.

 

Usar confianza a modo de riqueza,

hasta que alguien obligue a lo contrario,

encarar con lucha la flaqueza

y nunca ufanarse ante adversario.

 

Ser feliz para hacer feliz a tu gente,

esconder penas, tristezas o reclamos,

no mostrar el dolor que se siente

para no causarlo también a quien amamos.

 

Ante todo, ser honesto y dedicado,

aunque otras sean las apariencias,

porque sólo al corazón debemos explicarlo,

olvidándonos de alimentar mentes aviesas.

 

Condenen la traición,

el engaño y el malagradecimiento,

y cuando hagan el bien...

nunca esperen reconocimiento.

 

Vivan patria y familia defendiendo,

y denle poca importancia al dinero,

que Dios manda lo que vamos mereciendo

 y más vale que tengo, un te quiero.

 

Dios te bendiga Norma mía

por los momentos felices que me diste,

por basar nuestro amor en tu porfía

y dar más de lo que tú tuviste.

 

Dios te bendiga Niza amada,

por que volcar en ti me permitiste

todo el amor que en mi guardaba,

desde el momento mismo en que naciste.

 

Gracias Normita por haber rectificado,

y tras de ser mortal enemiga,

en mi defensora te has trocado;

gracias, gracias, Dios te bendiga.

 

Dios bendiga tu empuje Ricardo,

ejemplo vivo de lo que alcancé, como padre,

a inculcar en mis hijos aún entre el cardo:

el principio moral que toda puerta abre.

 

A ti, mi Carlitos, mi niño consentido,

a quien tuve que tratar con dureza

para hacer hombre leal y cumplido,

la bendición de Dios por tu entereza.

 

Y a ti, Jazmín, la más pequeña,

siempre dueña y señora de mi casa,

que Dios guarde tu inocencia

bendiciendo en ti la esencia de mi raza.

 

Dios bendiga a todos,

por permitirme ser parte de su vida,

porque de todos me siento orgulloso,

porque todos fueron gente bien querida.

 

Y a ti, Señor, gracias por tus bondades,

por haberme dejado amar en demasía

por perdonar al mundo sus crueldades

y contar con tu amor, que me extasía,

 

Sea pues mi herencia pura,

lo mismo que el vuelo del jilguero,

sonora, cantarina, llena de ternura,

colmada de la frase mágica: Te Quiero!

 

 

 

DESVARIO

 

Cae la gota

con sonora alegría,

primero lenta,

más tarde agresiva.

 

Y su cantar

se vuelve sinfonía,

rumorosa,

vaporosamente efusiva.

 

El titilar de las luces

se pierde en la bruma

que causa la lluvia

y se torna en plata pura.

 

El cielo se ilumina

en fugaz destello

que alumbra el amor,

sentimiento bello.

 

Y, quizá, en el torrente,

por una mejilla escurra

una lágrima prudente

que de una pena se afrente.

 

 

 

A MARICELA

 

Se reunieron tus amigos

a desearte felicidades,

pero no por tus edades,

cumpleaños o aniversarios.

 

Vinieron a ver de cerca,

como a los grandes artistas,

a la que junto a Salinas

apareció en las revistas.

 

Sé feliz, Marisela amiga,

que este verso sea el presente,

para ver si recomiendas

al autor al Presidente.

 

Hoy, tus bonos han subido

y te va de maravilla,

ya eres de la camarilla

del político pulido.

 

Ponte buza caperuza

y a Figueroa apapacha,

para ver si la haces gacha

y te vuelve diputada.

 

Y si no, ya de perdida,

si todo sirvió pa’nada

a ver si ya de jodida

te dejan de Delegada.

 

Pasó el tiempo y a Salinas

ya ven lo que le pasó,

en vez de popochas, poninas,

y Marisela se safó,

 

Así pasa cuando empiezas,

y debes coger bandera,

a veces hasta tropiezas

y resulta una fregadera.

 

Mas no te me desanimes,

enarbola tus ideales

pri-mero cuando camines,

ya demostrarás que vales.

 

 

 

 

La segunda edición de este libro,

registrado con el número 55

dentro del

Programa de Financiamiento

para Escritores Iberoamericanos,

se terminó de imprimir,

con un tiro de 500 ejemplares,

el día 30 de junio del 2005,

en los talleres de

Editorial Sagitario S.A. de C.V.

ubicados en

Av. Palma Sola L60B No. 4

Fracc. Princess del Marqués II

CP 39917   Tel. 744-401-9096

Acapulco, Gro.

 

 

 

 

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